Recuerdos, típico vaivén de sentimientos... Todos los viernes noche saludo la noche estrellada con mi mejor sonrisa, con un suspiro. El frío de la noche no es quien para decirme cuando he de dejar de mirar las estrellas, cuando he de dejar de recordarte. No quedan noches para las lagrimas, no quedan estrellas para dar las gracias. Gracias por todos estos recuerdos, por esos momentos, por lo vivido en ellos.
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Al parecer otra noche ha decidido despertar mis recuerdos. Ando buscando algo que nunca tengo, que nunca quiere dar nadie, nadie con sinceridad. Dejo mis penas en el fondo de mi botella, que se ahoguen, que me sientan. No puedo cargar mucho mas con este corazón jadeante y testarudo. No es mi memoria la que recuerda aquellas palabras, que eran solo para mi, que dormían este animal que no me deja descansar. Es mi corazón. No quiero cargar más con una parte de mi, que se niega a pasar pagina, que no quiere olvidar nada... Ya nada puede hacerle daño, esta siempre latente y sangrante...
Parece que era ayer cuando oí pasar un "Te quiero" entre tus labios. Como si el tiempo no quisiera avanzar, tan solo hacerme recordar. Aún oigo ese "Te quiero"... pero ya no es para mi. Ya no me corresponde un abrazo sincero. Tan solo un adiós... Un insípido hasta luego...
A veces odio mi persistencia. A veces deseo aferrarme a un recuerdo y olvidar la realidad... Todas las estrellas están en mi contra. Brillantes en el cielo, parpadeantes y sin sueño.
Matame... Deja de latir, deja de sentir, no quiero volver a sufrir de mis recuerdos... Por favor, matame...
