A sus pies un charco de agua, que sola refleja la tristeza del momento, la melancolía del recuerdo. ya no quedan alas para volar, ni caminos que andar... siempre estará el mismo, esperando retomarse, esperando que la distancia lo canse... ya no recuerda cuando dejo de ser lo que era, cuando le importaba vivir el momento, soñar despierto.

Quiere levantarse, intentar andar... como si de un recién nacido se tratase, como si la vida lo quisiera derribar... de repente el reloj parece moverse, parece acelerarse. La arena retrocede, cada vez mas rápido, cada segundo un salto mas largo. las paredes se enrojecen, encojen. el agua se vuelve turbia, densa, y coge color. El reloj se empieza a parar, deja de dar saltos atrás. Todo parece seguir igual nada parece cambiar...

Del techo cae un polvo, se abre un agujero. Puede ver la luna, brillante en el cielo. deja caer el reloj, que se pierde en el agua turbia. Sonríe, pues puede salir, sabe que no esta bien ahí... Algo se lo impide, algo no le deja ir, cadenas le atan sin querer hacerlo libre, mas no se rinde, consigue salir, ver la luz... 

Ya es de día, ha salido el sol, en el suelo un corazón roto, seco... y con un reloj...

Cadenas de venas

Charcos de sangre

Relojes de arena

Noches brillantes

Que dejan corazones en el suelo

Que recuerdan momentos no muy lejos

Que traen tristeza, llantos, y desprecio...